EN MANCORA: SIN MAR NO HAY PARAISO
Su temple, su aspecto cristalino (que refleja el cielo azul y armoniza el paisaje marino), su cálida temperatura, su arena limpia y blanca, sus hermosas e incansables olas, su riqueza ictiológica y su efecto paradisiaco, hacen de la MAR mancoreña un excelente lugar digno de lugareños como de foráneos, que no tiene nada que envidiar a los pocos lugares bellos (que aún quedan) de este Nuestro Planeta Tierra.
Máncora cuenta con un hermosa y paradisiaca MAR, hasta podemos decir que hemos sido premiados y bendecidos por la naturaleza, toda vez qué, cuenta con muchos atributos, de los cuales se benefician y aprovechan las dos actividades más importantes, que dan trabajo -directa como indirectamente- a su gente; por un lado el Turismo (primera actividad económica) que ha dado mucho de qué hablar a nivel nacional y mundial y por otro, la Pesca Artesanal (como segunda actividad tradicional); estas dos, dependen entera y directamente (sin lugar a dudas) de LA MAR.
Como mancoreños preguntémonos ¿Qué sería, si no tuviéramos esta hermosa Mar? ¿Qué hacemos para cuidarla? ¿Somos conscientes de la importancia de ésta belleza natural? ¿Cuántas veces como pescadores o como bañistas (ignorantemente) la hemos ensuciado?, ¿Cuántas veces, como pescadores (salvajemente), la hemos depredado? y ¿Cuántas veces hemos visto gente depredándola y/o ensuciándola y no hemos hecho absolutamente nada?.
Si continuamos con esa actitud malsana, inconsciente, egoísta, salvaje y hasta egocentrista hacia nuestra Mar, tarde o temprano (más temprano que tarde) tendremos consecuencias lamentables; en efecto, llegaremos a un punto (Dios no quiera) en el cual no tendremos más turistas (nacionales ni extranjeros) que nos visiten, ni pez que sacar de sus entrañas; lapidando y destruyendo no solamente nuestro presente, si no también, el futuro de las generaciones venideras.
Es hora de cambiar de actitud y tomar conciencia (si fueran tan amables) de la importancia de la MAR, que tantos beneficios nos ha dado, nos da y nos seguirá dando (claro, ¡si lo cuidamos!); he de afirmar (y con propiedad), que si no contáramos con este premio de la Madre Naturaleza, Máncora no sería el mismo, fuera un pueblo sumergido en la pobreza y en el olvido; bajo este contexto, ¡Cuidarlo y Protegerlo¡, es responsabilidad de todos, desde autoridades, operadores turísticos y pobladores, de no permitir que ningún IRRESPONSABLE, mucho menos un foráneo, lo ensucie o lo deprede. En ese sentido podemos concluir que en MANCORA, “SIN MAR NO HAY PARAISO”.